Manifiesto de Córdoba
Este año se cumplen 90 años de la promulgación del Manifiesto de Córdoba, realizado por estudiantes argentinos cansados del autoritarismo y sometimiento en el cual se encontraban los estudiantes universitarios, este documento data de 1918, de igual manera, se cumplen 40 años de aquel mayo del `68 donde se produjo un levantamiento estudiantil francés, en rebeldía contra un sistema universitario que no se acomodaba a las realidades de la sociedad. Estos acontecimientos conllevaron a la organización y unidad de los estudiantes en defensa de reivindicaciones, tales como, una educación gratuita, autónoma, con respeto a la libertad de cátedra, científica y de calidad, aquellas que también fueron acogidas por el estudiantado colombiano y que aún se mantienen.
Esa expresión de lucha se focalizó en un movimiento estudiantil que unido a profesores y trabajadores, se dieron la tarea de crear una institución que reivindicará aquellas peticiones, y fue así como se llego a la creación de la FUAC[1]. Universidad que adquirió una forma de organización democrática, donde su desarrollo estuvo ligado a la participación de la comunidad universitaria en su conjunto.
Pero centrémonos en la actualidad; aunque el movimiento estudiantil ha estado presente desde la creación de nuestra universidad, también es cierto que éste ha actuado algunas veces a favor de la comunidad y otras veces a favor del interés propio.
Hoy en día son distintos los grupos o movimientos estudiantiles que encontramos, pero son pocos los que se interesan en la construcción y fortalecimiento del movimiento estudiantil en defensa de una educación superior basada en las reivindicaciones anteriormente citadas.
Estos grupos o movimientos a pesar de contar con sanos intereses, no dejan de tener defectos y dificultades propios del viejo sectarismo y dogmatismo que no les ha permitido generar esa unidad de acción necesaria.
Es aquel protagonismo oportunista que conduce a ciertos estudiantes a tratar de construir organización a partir de la destrucción de los demás grupos, es aquella falta de visión organizativa que no le permite ver a un grupo de estudiantes organizado que no sea el mismo al cual pertenece y es éste el cáncer aprovechado por personas que de la noche a la mañana crean grupos efímeros con el fin de preparar cuotas electoreras que acomoden sus “fichas” en el rompecabezas de beneficios particulares, aunque algunos estudiantes no se den cuenta del papel de les ponen a jugar.
Y lamentablemente esto ya se comienza a vislumbrar, dentro de poco y con más fuerza veremos a esos estudiantes polítiqueros acostumbrados a la crítica destructiva, atacando a los movimientos estudiantiles que por el contrario no se crearon solo para campañas electorales, sino que han estado presentes desde su creación, en cada semestre y en cada año en la difícil tarea de tratar de organizar un estudiantado autónomo.
Mi propuesta es generar el debate frente a la necesaria unidad del movimiento estudiantil, para que evitemos que sean olvidados esos sanos intereses reivindicatorios, al tiempo que hago un llamado para orientar al estudiantado y así éste a su vez observe quienes son los que les han propuesto organización a partir de la academia, la cultura, la política transparente y la movilización.
[1] El 24 de Septiembre de 1971 se creó con el nombre de FUNDACIÓN EDUCACIONAL AUTÓNOMA DE COLOMBIA posteriormente toma el nombre de FUNDACIÓN UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COLOMBIA.
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